Lo primero que hago al llegar a una gran ciudad es encontrar
la manera más rápida para salir de ella. Supongo que es un impulso normal para
los que estamos acostumbrados a vivir en entornos más naturales.
Hace pocos días viajé a la ciudad alemana de Frankfurt an
Main y he de reconocer que me sorprendió la gran cantidad de espacios verdes
que permiten moverse apaciblemente por la ciudad entre bosques con árboles de
gran porte. Es posible que un experto lo explicase algo así como que el ancestro
primate que llevamos dentro se siente más tranquilo moviéndose en la proximidad
de los árboles. La verdad es que fue una visita agradable para tratarse de una gran
ciudad.
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